INTRODUCCIÓN
“El concepto de maternidad a lo largo de la historia, aparece como un conjunto de creencias y significados en permanente evolución, influidos por factores culturales y sociales, que han ido apoyándose en ideas en torno a la mujer, a la procreación y a la crianza, como vertientes que se encuentran y entrecruzan en la interpretación. Siendo la maternidad un concepto que se intercambia en el espacio social, su interpretación y repercusión en la experiencia individual es muy significativa, siendo por largo tiempo tal vez la investidura más poderosa para la autodefinición y autoevaluación de cada mujer, aún de aquellas que no son madres” (Molina, 2006, p. 93)
Según cifras entregadas por Gendarmería de Chile (GENCHI) al 31 de marzo de 2021 hay 3.203 mujeres privadas de libertad en régimen de control cerrado en las cárceles del país. Esto quiere decir que esas mujeres se encuentran bajo la medida cautelar de prisión preventiva o ya han sido sentenciadas por un tribunal al cumplimiento efectivo de la condena dentro de uno de los Centros Penitenciarios Femeninos, que son 5 en todo el país, o en Centros Penitenciarios Mixtos que cuentan con Secciones Femeninas, un total de 19 a nivel nacional de las 84 cárceles que hay en Chile. Asimismo, un informe del Centro de Estudios Justicia y Sociedad (C.J.S.) del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica indica que, al mismo mes del 2021, el 89% de las mujeres privadas de libertad son madres. Según los últimos indicadores entregados por Gendarmería en el Boletín Estadístico de octubre de 2019 –la información más actualizada hasta la fecha– ese año habían 75 embarazadas, 104 mujeres con hijos/as o lactantes menores de 2 años y 106 niños/as lactantes menores de 2 años dentro de las cárceles de Chile.
Aunque existen diversas investigaciones, análisis e informes desarrollados por organismos estatales y privados sobre la condición carcelaria del país, la maternidad tras las rejas es un tema que poco aparece en los medios de comunicación y, por lo mismo, no es muy reconocido por la opinión pública. Ocultas en una realidad que hoy no es prioridad para el Estado chileno, las mujeres madres privadas de libertad existen en las cárceles del país y, si bien, esas madres están condenadas a penas privativas de libertad, indirectamente sus hijos e hijas también lo están. Incluso, algunos niños y niñas nacen en la cárcel o permanecen en ellas mientras avanza el plazo de la investigación penal, en el transcurso de la prisión preventiva establecida a su progenitora o durante el cumplimiento efectivo de la condena de la misma. El vivir entre muros es la única realidad que esos/as niños/as conocen, y sus primeros años de formación se desarrollan mientras son testigos de los conflictos internos que ocurren en las cárceles, observando códigos antes de aprender a hablar y enfrentándose, desde el nacimiento, al dolor de la separación obligada cuando alcance los dos años de edad.
DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
En la actualidad, las mujeres privadas de libertad que son madres pueden ejercer su derecho a la maternidad durante, y solamente, los primeros dos años de la vida de sus hijos/as. Cumplida esa edad, el/la menor debe ser retirado/a del recinto penal y entregado/a, en el mejor de los casos, a las familias directas y cuidadores en el exterior o, en su defecto, a las instituciones del Estado como el Servicio Nacional de Menores (SENAME) o casas de acogidas. Esta norma establecida en el Código Procesal Penal (C.P.P.) provoca un desapego forzoso entre la madre y su hijo/a, que puede generar desequilibrios emocionales en estas mujeres, y también inferir en el correcto desarrollo del/a niño/a en edad de formación, que podría provocarle trastornos a lo largo de toda su vida como sujetos/as vulnerables a la delincuencia juvenil, deserción escolar o enfermedades psicológicas y psiquiátricas. (Hagan, 2102, pp. 37-69)
Consideremos ahora que, en nuestro país, el sistema judicial ha sido diseñado por y para hombres. Por lo tanto, para las mujeres encarceladas es muy difícil hacer respetar sus derechos y ejercer su maternidad tras las rejas, ya que las condiciones en los recintos penales son mínimas. Actualmente, Chile es el segundo país de América del Sur con mayor cantidad de mujeres privadas de libertad, representando el 8,4% del total de la población penal, sólo superado por Guyana Francesa con un 9,9%. Recién en el año 2005 comenzaron a tomarse medidas a nivel gubernamental para brindar espacios a los/as hijos/as de madres privadas de libertad, en un avance mínimo que se mantiene hasta el día de hoy. Incluso, algunos proyectos que permitirían dignificar la maternidad en la cárcel llevan años durmiendo en el Congreso.
Una de las iniciativas que han estado sobre la mesa ha sido la suspensión de la ejecución de sentencia para las mujeres embarazadas o que tengan hijos/as menores de tres años, conocido como el Proyecto de Ley (P.D.L.) “Sayén” para modificar el C.P.P., presentado por los senadores Alejandro Navarro y Jaime Quintana en 2016, y que se mantiene en pausa en el Senado desde el 24 de septiembre de 2019, durante su primer trámite constitucional a la espera de ser analizado en particular y por la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara Alta. El nombre del P.D.L. viene de Sayén, hija de Lorenza Cayuhán, la mujer mapuche obligada a parir engrillada en octubre de 2016, sufriendo tortura y vulneración de todos sus derechos humanos y los de su hija recién nacida, que provocó un escándalo en Gendarmería y terminó con dos gendarmes imputados que se declararon culpables en un juicio abreviado, siendo condenados al pago de 2 UTM por reconocerse autores del delito de vejaciones injustas en contra de la comunera mapuche.
Cabe destacar que esta realidad, muchas veces invisibilizada, hoy está acrecentada debido a la pandemia del Coronavirus, ya que mujeres y hombres internos en las cárceles de Chile hace más de un año que no reciben visitas como medida preventiva para evitar brotes de COVID–19. Por lo tanto, hoy el desapego se convirtió en algo obligatorio. Madres que tienen hijos en el exterior no pueden verlos, y niños/as que viven con sus madres en los recintos penales no comparten con nadie de su familia en libertad. En lo que respecta a la situación de las mujeres privadas de libertad, el Estado chileno ha seguido una política institucional de constante abandono que, incluso, provocó que las madres que viven con sus hijos/as en los recintos penales, específicamente en el Centro Penitenciario Femenino (C.P.F.) de San Joaquín, solicitaran al Papa Francisco intervenir para que la justicia chilena modificara las condenas de las mujeres que son madres de menores de edad, ya que están privando a las mujeres de ser madres y a sus hijos e hijas de generar un vínculo emocional con sus progenitoras.
De ahí es que la investigación que se desarrollará buscará la manera de dar a conocer la realidad de las mujeres privadas de libertad desde su rol de madres, para visibilizar a este grupo de la población que históricamente han sido olvidadas y discriminadas. En el presente, las mujeres privadas de libertad parecen ser víctimas de un sistema judicial y cultural de carácter profundamente patriarcal, donde las necesidades y requerimientos están ligados a la rehabilitación y reinserción masculina. Con el desarrollo de programas de apoyo que brindan herramientas que les permitan abandonar la adicción a las drogas y alcohol, o el círculo de la pobreza o delincuencia para no volver a la cárcel, en Chile las políticas públicas de reinserción social están focalizadas en los hombres. La implementación de estas herramientas no posee una integración con perspectiva de género ni están enfocadas en las reclusas. A ellas las siguen capacitando para cumplir con roles y estereotipos del trabajo femenino, a través de cursos de peluquería, manicure, costura o cocina, sin recibir verdaderas capacitaciones y conocimientos que les permitan sobrevivir afuera de la cárcel, obtener un trabajo digno y, en el aspecto más importante, poder ejercer su maternidad como cualquier otra mujer de este país.
FUNDAMENTACIÓN Y RELEVANCIA PERIODÍSTICA
Pertinencia
La maternidad en prisión es un tema poco abordado en los medios de comunicación a nivel nacional, ya que existe el prejuicio de que las mujeres que han sido condenadas a penas privativas de libertad pierden todos los derechos concedidos en la Constitución Política de la República (C.P.R.) Sin embargo, la libertad personal es el único derecho que pierde quien ha sido condenado a una pena de cárcel, y sólo por el período del cumplimiento efectivo de esa condena. De hecho, para ciudadanía es difícil comprender que las madres que cumplen condenas en las cárceles tengan el derecho a ejercer su maternidad y que los/as hijos/as posean el derecho de generar un lazo afectivo con ellas. Entonces, en esta situación donde se vulnera el derecho a ejercer la maternidad, el periodismo –como disciplina– no sólo cumple el rol de una función informativa e interpretativa, sino también es un actor formador de opinión. No sólo es un canal que permite la circulación de información, ya que también es un espacio que permite visibilizar lo que está escondido en la realidad social de un país. Es muy importante enfatizar que el principal rol del periodismo es visibilizar una noticia, un hecho o acontecimiento en la primera línea, y en la actualidad, la maternidad dentro de una cárcel es una realidad –y en ella hay cientos de historias– que no está presente en las prioridades de la prensa tradicional ni de los medios de comunicación.
Utilidad
Chile está al debe en la sistematización de los datos estadísticos en relación al proceso penitenciario femenino, que no ha sido llevado a cabo de manera ordenada y periódica, e incluso los mismos datos más actualizados de GENCHI tienen un retraso de dos años. En ese contexto, instituciones estatales como la Defensoría Penal Pública o el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos comisionan estudios o encuestas para revelar situaciones que ocurran dentro de las cárceles y así establecer políticas públicas que permitan mejorar el sistema penal. Pocas veces se pone atención al estado actual de las madres privadas de libertad, por lo que esta investigación podrá agregarse a los estudios de esta realidad en base a una mirada de género desde el rol de mujer periodista que involucre directamente a las instituciones y organizaciones ligadas con el encarcelamiento femenino y las problemáticas que afectan a estas mujeres y su directa relación con sus hijos e hijas.
Factibilidad
La factibilidad está asociada al contacto cercano con las fuentes que permitan llevar a cabo la investigación y recopilación de información y antecedentes y éstas están ligadas, directamente, a la situación de las mujeres presas. De acuerdo a lo anterior, esta investigación resulta factible ya que es una realidad que ocurre en este minuto y, por motivos laborales, estar inmensa en el mundo institucional a través de la Defensoría Penal Pública es una instancia que abre una puerta de acceso a las fuentes detalladas en el párrafo anterior. Asimismo, existe una relación cercana con integrantes de una pastoral que, en tiempos sin pandemia, concurren al C.P.F. de San Joaquín para acompañar a las reclusas y realizar distintos tipos de talleres con ellas y sus hijos/as. También existen contactos con la Red de Acción Carcelaria, una fundación que busca visibilizar la realidad penitenciaria de mujeres privadas de libertad en todo Chile. De esta manera, sería posible abrir los nexos hacia las fuentes antes detalladas y producir entrevistas con ellas, ya sea vía telefónica, virtual o de manera presencial, lo que dependerá de la condición sanitaria que prime en el momento y la autorización de los organismos estatales en relación al testimonio de la interna, y así lograr el acercamiento a los relatos testimoniales y fuentes de información. De forma inicial, el reportaje se presentará en un formato escrito, pero también se está estudiando la posibilidad de realizarlo de manera audiovisual para que esté disponible en otros soportes digitales anexos al reportaje redactado.
PREGUNTA PROBLEMÁTICA
¿Cómo se vive la maternidad en una cárcel cuando el Estado chileno adeuda garantías para que las mujeres privadas de libertad puedan ejercer su derecho a ser madres?
HIPÓTESIS
La maternidad dentro de una cárcel se vive bajo una profunda vulneración de derechos, ya que las madres privadas de libertad que conviven con sus hijos/as saben desde el primer día del cumplimiento de sus condenas en el recinto penal que, cuando el menor cumpla los dos años de edad, deberá irse de ahí. Como se explicó anteriormente, en el punto 1.3.2. Utilidad, esta situación impide el desarrollo de una relación entre madre e hijo/a que afectará a ambos. Por tanto, la deuda constante del Estado para mejorar la situación de la maternidad en las cárceles de Chile provoca que las mujeres vivan en la incertidumbre de la vida y el futuro de sus propios/as hijos/as. Más allá de las acciones de instituciones estatales, privadas, fundaciones y/u organizaciones que surgen como apoyo y acompañamiento a las reclusas, y que permiten compensar la ausencia de legislación gubernamental en esta materia, el Estado chileno en sí mismo no se ha hecho cargo de esta realidad, por lo que es muy difícil convivir entre las rejas y poder ejercer el rol de madre mientras esta mujer cumple una sentencia penal privada de libertad.
OBJETIVO GENERAL
Visibilizar la realidad de la maternidad en una cárcel en el contexto de la crisis sanitaria generada por la pandemia de Coronavirus para conocer cómo se vive la maternidad intrapenitenciaria cuando el Estado chileno adeuda garantías para que mujeres privadas de libertad puedan ejercer su derecho a ser madres.
OBJETIVOS OPERACIONALES
– Identificar la importancia de la presencia de una madre en el desarrollo emocional de sus hijos e hijas durante los primeros años de sus vidas.
– Explicar el apego materno y su influencia directa en las consecuencias sociales y afectivas más comunes que pueden desarrollar estos niños y niñas debido a la ausencia del mismo.
– Describir cómo ha sido la realidad de mujeres madres privadas de libertad que no pueden ejercer su derecho a la maternidad a causa de las restricciones implementadas por el Coronavirus.
– Analizar si las acciones del Estado son eficientes para mejorar la situación de la maternidad intrapenitenciaria.
– Explicar el apego materno y su influencia directa en las consecuencias sociales y afectivas más comunes que pueden desarrollar estos niños y niñas debido a la ausencia del mismo.
– Describir cómo ha sido la realidad de mujeres madres privadas de libertad que no pueden ejercer su derecho a la maternidad a causa de las restricciones implementadas por el Coronavirus.
– Analizar si las acciones del Estado son eficientes para mejorar la situación de la maternidad intrapenitenciaria.